El ojo se abre. Solo. Recibe la luz directa. Se irrita pero sonríe. Y se animan en simetría… listos para caminar el día. Se “ven” en otros miles en par que pasean bajo el sol en un día de pleno sol. Las almas se agitan y relucen. Todo para recorrer, para advertir y divertir… Payasos, músicos, malabares. Fuego entre risas de niños entre grandes fuegos de verano. Plop! Como golpe seco se inunda al virar arriba. Y con instinto la mano aparece para cubrir. Y se moja. Plop! Plop! Es inminente el concierto, y al unísono se dejan llevar. Plop! Plop! Plop! Cada nota gotea y pesa. Se siente cada presencia. Y se diluyen. Y se escapan. Y como burbujas las manos las persiguen… Y corren como corren los gritos, las narices rojas, los pochoclos… El mismo letargo tranquiliza los pasos en lluvia de verano. Y lo que antes se distinguía, ahora se pierde en el torrente que refresca palma, falanges, huellas. Que se unirá pronto al río en una linda tarde en Costanera.
1 comentario:
Me gustaría que fueran un par de minutos en una de Burton.
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