Mirá·Escuchá·Gritá· Y todo lo que te anime vida. Es un buen día, no?
La Maga
Otro bellísimo fragmento de Rayuela: Cuando nos veamos de nuevo detendremos los relojes, y permaneceremos eternamente en ese primer día, nuestro libro nunca dejará de comenzar, nos sorprenderá con las metáforas de las que formaremos parte... la penúltima canción continuará sonando... Vamos a enterrar a nuestros yo equívocos quiero equivocarme de nuevas maneras a tu lado. Poeta maldita, dama asesina, princesa vampira, mujer, mujer-pez, ojos de gata, Maga, mi error más hermoso o mi hermosura más errónea... Preparemos las alas, mitad... vas a ver que los peces pueden volar...
Rayuela
Hermoso y paradójico. Bellísimo y más que utópico fragmento de Rayuela: ¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da cites precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico…
Home
Todos tenemos algo que nos vio crecer, no? Llorar y reir en silencio... Ecos, Silencio, Paciencia y Gracia. (By FF)
Estrella
Las puntas redondeadas favorecen a tu estrella. La suavidad no es una característica si uno no lo piensa como tal.
DichososDichos
No sé por qué, pero me gusta escuchar decir obscuro. Es como ir más allá. No es oscuro. Es obscuro. Y en sí ya es un cambio.
Entrelíneas
32
Alguna vez escuché algo así como: Son los eternos jóvenes, pues en sus fotos son jóvenes… Nunca van a envejecer… Siempre me llamaron la atención esas palabras. Desde ese día no puedo ver una foto de algún desaparecido sin dejar de pensar en eso. Hoy, volviendo en mi cabeza a La Plaza de ayer, a imágenes, a sonidos, a sentimientos… recordé nuevamente esa juventud. Pasa el tiempo, y muchos son más jóvenes que sus hijos. Más jóvenes que yo, que entonces era una niña. En sus caras no se ve el dolor, el horror, el llanto. Tampoco se ve el color que quizás hoy los dividiría visualmente. En sus caras se ve siempre alguien que los representa. Como si pudiera darse una suerte de “porta-retrato” humano, andante. Que clama justicia. Que reclama justicia. Y a ese alguien nos sumamos otros que también queremos “Juicio y castigo a los culpables”
Mujer
En este día, comparto dos hombres que siempre sentí que me homenajeban.
Fronteras
Límites
Límite de edad. Límite de velocidad. Sin límites. Limitado. Punto. De acá para allá… Me limito a… No digo. Callo. Acepto. Callo. Digo y digo y no digo… Veo, veo y me ciego. Para no ver. Por qué mis límites son sólo de un patrón? Repito, repito repito… Esto es igual a esto igual a esto. Pongo una baldosa. Y otra igual a su lado. Y me encierro en un mar de baldosas. Mellizas, Trillizas, Cuatrillizas… Gemelas sin diferencias. No puedo hacer cambios. Cambio cuando cambian o me cambian… Me cambian. Y yo acepto y muto. Y callo. O imploto… Imploto hasta explotar. Sin límites las cosas son libres. Y para mí no es así. (No es así en la casa del árbol. Nada es así en la casa del árbol) Entonces, de ser así, mis cosas no son mis cosas. Ni yo soy de. Si limito freno. Si freno puedo pensar. Guau!! Si freno puedo pensar!!! Si freno detengo ansias. Detengo lo que esperan que no se detenga. No choco ni voy al choque. Baldosas de una rayuela que va al cielo. Al cielo entendido como un mejor lugar. Baldosas que son distintas y que marcan estadíos. Que proponen objetivos. Nuestros objetivos. Con la implosión no hay juego, ni tizas ni Cortázar. Con la explosión tampoco. No me gustan los lugares sin juego, ni tizas ni Cortázar.
Un salto...
La vuelta como Mutante
Mutante mutando en mutación mutante. Querer mutar. Saber mutar. Cambio por el cambio. Cambio cambio por cambio. Canjeo. Canjeo para mutar. Libro piel. Libro de a poco mi piel. Se lastima, pero vuelve nueva. Me lastimo para volver nueva, aunque ahora es más corto. Cambio de lugar. Siempre cambio de lugar y no me doy cuenta. Qué hace que la nariz tape lo que está frente a ella? Será que no ve? Sacar el chip del pensamiento. De ese. Y de ese también... Mejor mirar desde otro lado. Siempre es mejor. Y si no quiero? No puedo. Pero quiero poder así puedo. Así puedo. Saber qué y no darse cuenta. Es aprender? Aprender es dolor... si uno quiere. Si uno quiere. Si uno se quiere aprende. Muta. Sonrisa desde los ojos. Linda!
Plop!
El ojo se abre. Solo. Recibe la luz directa. Se irrita pero sonríe. Y se animan en simetría… listos para caminar el día. Se “ven” en otros miles en par que pasean bajo el sol en un día de pleno sol. Las almas se agitan y relucen. Todo para recorrer, para advertir y divertir… Payasos, músicos, malabares. Fuego entre risas de niños entre grandes fuegos de verano. Plop! Como golpe seco se inunda al virar arriba. Y con instinto la mano aparece para cubrir. Y se moja. Plop! Plop! Es inminente el concierto, y al unísono se dejan llevar. Plop! Plop! Plop! Cada nota gotea y pesa. Se siente cada presencia. Y se diluyen. Y se escapan. Y como burbujas las manos las persiguen… Y corren como corren los gritos, las narices rojas, los pochoclos… El mismo letargo tranquiliza los pasos en lluvia de verano. Y lo que antes se distinguía, ahora se pierde en el torrente que refresca palma, falanges, huellas. Que se unirá pronto al río en una linda tarde en Costanera.
Bosquejo
Y sí. Era fácil pensar que el perderse formaba parte del descubrimiento. Y seguramente lo era. La oscuridad invitaba celosa a mirar a su interior, y aunque los árboles pugnaban por sol, las alturas crecían infinitas cielo arriba. Me encontré sola esperando cada segundo del fresco roce de las hojas. Tal vez confundí el camino. Tal vez fue sólo curiosidad. Con el crujir de las ramas por el sendero, imaginé un extraño código. Como si el Morse, con las señas… Lectura de mentes. Mentes en sincro. Concordantes. Imaginé comunicarme. Como si los árboles se abrieran de a poco, sin avisar, y me dejaran al descubierto. Sólo perceptible por la luz. Pero esta vez sonreiría… Es verdad, de pensarlo hubiese huído. Y así las ramas podrían trazar un mapa en mi piel inquieta. Es que lo natural se torna raro cuando deviene en rutina en pequeñas porciones concentradas. Por sobre mis hombros descansaban sin vida. Horizontales. Altos. Igual de altos. De raíces ignorantes que se erguían como abanicos. Y a veces puente, obstáculo. Refugio de pequeños cientos paseantes. De apuradas hormigas siempre apuradas. De zumbidos aleteos en el silencio. Es verdad, de pensarlo hubiese huído, pero me asustaba la idea de no adentrarme y seguí. Tan sólo unos pocos pasos, y la trama se cierra cada vez más. Y ese hilo luminoso me ciega. Cómplice. Sendero adentro. Tal vez la lógica me acompañaba, aunque creías que no. Tal vez lo que se presentaba como lógico no era más que uno de tus tantos pensamientos equívocos. De los míos hablo. Lo cierto es que el pincel se confundió en tu cara, enmarco tus ojos, y se detuvo a ver la obra con vos. Feliz.